(Barcelona, 1946)
Es uno de los principales escultores españoles de las últimas generaciones. Se forma en el seno de una familia de fuerte raigambre artesanal; pero la obra de Julio González, Brancusi y de los constructivistas rusos, le inclinan hacia el mundo escultórico al que se consagra definitivamente a partir de 1972.
Sus trabajos, en hierro desde 1979, enlazan estéticamente con el minimalismo y la pura tradición geométrica, poseyendo siempre una gran pureza formal.
El dibujo, los bocetos preparatorios, han tenido siempre en su obra una gran importancia que ha derivado en la actualidad hacia trabajos sobre planos, con incorporación de la realidad tangible a través de la fotografía.
Se desprende de toda su obra un concepto rígido de racionalidad y depuración que ha evolucionado en los últimos años de forma pausada, pero segura y con fuerza, hacia una expresión abstracta del vacío, del hombre y de su entorno. Las referencias de planos nos acercan geométricamente a espacios, lugares de ausencias humanas cargados de misticismo. Para Sergi Aguilar el espacio supera los límites del entorno, envuelve al hombre, le prepara de una forma racional, hacia espacios propios donde poder desarrollar sus más íntimas convicciones.
Además de participar en numerosas exposiciones tanto en España como en el extranjero, la obra monumental de este artista forma parte de instalaciones públicas, pudiendo contemplarse especialmente en Cataluña: Via Juliá de Barcelona, 1986, Diputación de Barcelona, 1987, La Pineda, Tarragona, 1992 o la más reciente del Parque del Prado Vitoria, 2003, y ha participado en importantes exposiciones en España y en el extranjero.
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